Organizarse permite proyectarse, crear horizontes, buscar alternativas de manera conjunta con otros y otras. Hay organización si hay edificación de objetivos, búsqueda común en la construcción de nuevos escenarios. Quien se adentra en estas páginas encontrará el cruce de comunicación, política y vocación de incidencia, entendida también como legítimo ejercicio del poder.
A pesar de que la mayoría de nuestras cátedras, también aquellas de las que yo participo, se denominan de “planificación” y ese es el resultado de miradas históricas respecto de este campo disciplinar, yo quisiera pararme desde otro lugar: entender la planificación como una fase de la gestión. Es decir, afirmarnos en la idea de que el concepto integral y comprensivo es la gestión. Gestionamos desde el momento en que iniciamos el análisis situacional o el diagnóstico (de acuerdo a la perspectiva que asumamos) y también cuando discernimos, analizamos, concretamos un diseño para la acción (planificación en el sentido más estricto), ejecutamos y evaluamos.
Propuesta de matriz para analizar capacidades y habilidades comunicacionales de las organizaciones en la acción política.
A partir del trabajo de campo y de la investigación realizada con organizaciones sociales y políticas que manifiestan vocación de incidencia política en el ámbito de la sociedad, se han sistematizado capacidades y habilidades organizacionales y comunicacionales que caracterizan a estas organizaciones y se las ha trasladado a una matriz de análisis que puede ser de utilidad tanto para el análisis situacional desde la comunicación (o diagnóstico organizacional/comunicacional, según como se lo entienda) como para diseñar y proyectar el desarrollo de las mismas organizaciones.
El título que nos proponen en el coloquio necesariamente nos lleva a hacer enlaces con otros temas, otras palabras, otras referencias. Se me ocurre pensar que, teniendo a la comunicación como eje, podríamos relacionarlo con las prácticas sociales, con el derecho, con la diversidad, con el conflicto, con la movilización social, con la política, para iniciar así un itinerario de reflexiones. Cada una de estas asociaciones puede abrir ventanas para hacernos preguntas y ensayar algunas propuestas.
La noción de “estrategia” está íntimamente ligada a la planificación, pero los sentidos que adquiere o los modos de entenderla son diferentes dependiendo de quién lo enuncia y, sobre todo, de la trayectoria teórica y metodológica en la que se sustenta el concepto. Podemos decir que, en general, la idea de estrategia está asociada a la administración adecuada de los recursos, y con un grado mayor de complejidad, a un curso de acción, consciente y proyectado, que orienta la voluntad de transformación de un individuo o de un grupo, de actores sociales y colectivos. Suele decirse también que estrategia es una directriz o un conjunto de directrices que se adoptan con la finalidad de abordar una situación, construir un plan, burlar a un potencial o real adversario o competidor.